NEW PLACE

It's been a long time since the last time i was here.

Las cosas cambian, evolucionan. El último cambio me levó a mi a Puerto Peñasco donde he visto muchas cosas para el tiempo que llevo viviendo aquí.

El lugar está bien, hay playa, es tranquilo y si se quiere fiesta se encuentra. Las personas son muy diferentes aquí a las de los otros lugares, no menosprecio Navojoa, Obregón, Hermosillo, Guaymas, Nogales o cualquier otro lugar en el que he estado, es solo que aquí tienen un criterio más amplio en cuanto a lo que es bueno y malo, no estigmatizan tanto, lo malo del lugar es que es muy pequeño, ya me sentí vigilada y solo llevo aquí tres meses.

De las personas que he conocido hay algunas que se llevan el premio a quienes han afectado más mi vida en un corto lapso de tiempo, error de palabra tal vez cuando digo afectar, pero es que no logro encontrar la correcta a estas horas de la madrugada.

Lo que sí sé con certeza es que nunca había sido tan deshinibida como lo he llegado a ser aquí (aunque algunos que me conocen piensen que ya no se podía ser más). Eso de soltarse me sentó bien, a mi en lo personal pero no sé qué tan bien se vea para mi trabajo. Me he divertido a lo grande y he disfrutado de muchas cosas, y nunca había visto tantas personas gay en una misma ciudad. Aún no se como es que he sobrevivido tanto tiempo con las pocas horas de sueño que le dedico a mi descanso, muy probablemente el tiempo me las cobrará caras cuando venga el momento.

Entre esas noches de desvelo y fiesta conocí a un muchacho, casi niño considerando mi edad y considerando que cuando yo tenía 14 y estaba en plena adolescencia él aún jugaba con carritos en el lodo, independientemente de eso resultó ser que él tiene más experiencia que yo (aunque cabe espacio para la duda porque me lo contó el mismo). Al cabo de algunas veces que salimos (casi a diario) y de algunos comentarios por parte de varios de mis amigos, empecé a sentir lo que he sentido siempre que decido ponerme de novia. Aunque me encantaba este niño no podía evitar sentir eso, y ahí fué donde mi gran y bobo subconsciente metió las cuatro.

Claro que no e la única persona que he conocido, ya conocí a algunos músicos, uno de ellos me roba el aliento solo de escucharlo hablar, otro me mira como hace mucho no me miraban, otro de ellos me hace reír, otro niño (no músico) me causa una ternura extraña, y otro unas ganas animales de arrancarle la boca y la ropa de paso sin importar lugar ni personas presentes.

¡Ay! Mis andanzas, es cierto eso de que nunca dejamos de aprender, y doy gracias por ello.