Monday, April 05, 2010

Cest la vie

Por más que nos esforcemos, por más que tratemos, por más que nos lleguemos a estresar, muchas veces las cosas se prestan sin que nsotros movamos un dedo. Sufrimos agonizantemente y tratamos por todos los medios que un problema se solucione y, la mayoría de las veces, lo único que tenemos que hacer es sentarnos y esperar.
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Esa parte de la espera es lo que a mi siempre se me ha dificultado más, no puedo esperar, simplemente no fuí hecha para ello. Y por mi misma ansiedad hago o digo cosas que por lo general solo empeoran más la situación. Pero muchas veces esa misma impaciencia se puede tomar como algo bueno, para mi podría significar una señal de que existe el interés porque todo se solucione de la mejor manera y entre más pronto, mejor.
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Como siempre lo he dicho, las personas, al nacer, deberían venir con un instructivo de advertencia. Deberíamos poder acceder a ese, a mi ver valiosísimo documento, vía internet o pidiéndolo por correo. Sería de lo más sencillo; conoces una persona, te la encuentras un par de veces y, antes de quedar en encontrarse formalmente, y ya sin las meras coincidencias, entras a internet, buscas a la persona en cuestión y lees su 'instructivo'. Si es que te gustó lo que leíste (carácter, modo de reacción ante diferentes circunstancias, gustos musicales, películas favoritas, hobbies, etc.), entonces se procedería, con plena tranquilidad, a buscar a esa persona y tratar de entablar la relación de nuestro agrado, con aclaración de intenciones premeditadas y expuestas con toda claridad a nuestro ser de interés.
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Es verdad que a lo mejor parecería aburrido, nos gusta lo difícil. En muchos casos tal vez se obviaría el paso de leer el instructivo, pero al menos sabríamos que tenemos la opción de leerlo en caso de que se nos presente alguna dificultad en el camino.
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Ya no estoy tan estresada, ni tan ansiosa. Aún quiero su instructivo.